El 24 de agosto, la directora del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) y académica del Instituto de Estudios Urbanos de la de la Pontificia Universidad Católica de Chile, María Luisa Méndez, fue la invitada especial del espacio de conversaciones “Equality Talks”. Iniciativa internacional organizada por el programa Wealth Inequality Initiative de la Fundación Julius Baer.
En la conversación, que se transmitió de manera online, la directora de COES expuso los resultados preliminares del estudio “Trayectorias exitosas de movilidad social en el Chile contemporáneo: dinámicas individuales, territoriales y estructurales en el abordaje de la desigualdad de riquezas” que lidera y que es financiado por la Fundación Julius Baer con el fin de ahondar en el corazón del fenómeno de la movilidad social, sus causas fundamentales a través del estudio de más de 300 casos investigados en Chile.
En su presentación, la directora del COES invitó a pensar la movilidad social como un proyecto de sociedad y destacó el impacto positivo para la cohesión social. “El mensaje para nosotros es tratar de volver a pensar la movilidad en cuanto a sus condiciones estructurales, porque eso nos va a permitir, como sociedad, tener una visión solidaria, de retribución y va a generar una población socialmente vinculada a esa movilidad, la cual esperamos que sea más colectiva y no tan individualizada como hasta ahora”, explicó.
Según el Informe sobre la Desigualdad Global 2022 del World Inequality Lab, en las últimas dos décadas, la desigualdad dentro de los países ha aumentado. Al año 2021 el 10% más rico de la población mundial recibe el 52% del ingreso mundial (en promedio 122.100 USD por año), mientras que el 50% más pobre de la población recibe solamente el 8,5% (en promedio 3.920 USD al año). Ante ello, Méndez, advierte del problema del impacto negativo de la concentración de la riqueza en las trayectorias de movilidad social.
“Significa una promesa rota, como sugiere la OCDE cuando se refiere al ‘ascensor social’, que está en pana o roto. Eso es un gran problema y la movilidad social tiene que ver con poder encontrar una trayectoria que no esté determinada por el origen. Creo que eso es fundamental en las sociedades contemporáneas”, enfatizó.
La educación como facilitador de movilidad social
Para la investigadora de la línea de investigación de Geografías del Conflicto de COES, la ampliación del sistema educativo, sobre todo en los sectores universitarios es una de las claves para garantizar mayor movilidad social, pero precisó que el éxito de estas medidas dependerá tanto de la calidad de educación impartida como los modos de asegurar la inserción en los nuevos circuitos sociales: “Tenemos que entenderlo como un sistema educativo que no sólo entrega contenidos que puede entregar los medios como por ejemplo la creatividad, sino que también tiene que pensar en el acompañamiento de estas nuevas generaciones que están accediendo a la universidad en su socialización y en su percepción también de pertenencia a estos nuevos circuitos”.
El estudio, «Trayectorias exitosas de movilidad social en el Chile contemporáneo: dinámicas individuales, territoriales y estructurales en el abordaje de la desigualdad de riquezas” tiene como objetivo comprender las trayectorias de distintos grupos hacia posiciones de mayor estatus y reconocimiento, que no sólo incluye la superación de techo de cristal en términos socioeconómicos, sino que también en términos de género, etnia y territorio.
Revive el primer “Equality Talk” acá