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Los investigadores principales Juan Carlos Castillo(UChile/COES) y  Macarena Bonhomme(UAutónoma/COES) junto a los investigadores Daniel Miranda (UC/COES) y Julio Iturra (COES) aceptaron la invitación a participar en un special issue dedicado a la Cohesión Social, de la prestigiosa publicación Frontiers. El paper titulado “Social cohesion and attitudinal changes toward migration: A longitudinal perspective amid the COVID-19 pandemic” fue elaborado con datos ELSOC y estudia las percepciones hacia los migrantes en tiempos de crisis.

Las crisis sanitaria y económica producidas por la pandemia han generado cambios radicales en diferentes dimensiones de la sociedad. Dado que la pandemia ocurrió junto a varios movimientos migratorios alrededor del mundo, una pregunta que surge es en qué medida estas movilidades han impactado la Cohesión Social desde el brote de COVID-19.

Desde una perspectiva sociológica, la pandemia ofrece una oportunidad única para examinar cómo afecta a la cohesión social una amenaza repentina y profunda a la seguridad existencial: ¿Se están «uniendo» las sociedades para resistir la amenaza compartida? ¿O se están debilitando los lazos de solidaridad, a medida que la cuestión de cómo responder a la crisis divide cada vez más? estas son las preguntas que los investigadores se plantearon para dar inicio a su artículo.

Además, las desigualdades sociales influyen en qué grupos se ven más afectados por la pandemia en lo que respecta a la posibilidad de infección y a las consecuencias sociales y económicas. Quien pertenecía a un grupo vulnerable antes de la pandemia, probablemente disponga de menos recursos para hacer frente a estos retos continuos, de modo que las desigualdades podrían incluso aumentar. Para elaborar estrategias a largo plazo que permitan hacer frente a las consecuencias sociales de la pandemia, es necesario contar con una sólida base de conocimientos científicos innovadores que abarquen un amplio espectro de sociedades y perspectivas; afirma el texto. 

“Observamos que los cambios en las actitudes de los chilenos hacia los migrantes peruanos y venezolanos a lo largo del tiempo tenían que ver principalmente con el miedo a perder sus empleos y la amenaza a la identidad nacional y a las costumbres, y al parecer la pandemia del COVID-19 ha empeorado estas percepciones negativas. Sin embargo, también hay que considerar que hubo otros procesos que también pueden haber contribuido a este fenómeno, como el estallido social de 2019, la inestabilidad política, la inflación, y el desempleo”, afirmó Juan Carlos Castillo.

En este marco, el artículo pretende contribuir a la comprensión de los cambios actitudinales de los no migrantes hacia los países latinoamericanos más destacados; siendo Chile uno de de los países con mayores flujos migratorios de la región de América Latina y el Caribe, se convierte en un caso de estudio relevante para entender el impacto de esta pandemia en el Sur Global sobre la convivencia entre chilenos y migrantes en barrios cada vez más multiculturales.

Este estudio es bastante novedoso, ya que si bien se han estudiado las percepciones y actitudes de chilenos hacia migrantes, ninguna investigación se había enfocado en cómo estas percepciones y actitudes han ido cambiando a lo largo del tiempo, especialmente en tiempos de crisis. Los datos del estudio longitudinal ELSOC permiten darnos una mirada temporal para explorar cómo la pandemia ha tenido efectos en la cohesión social desde la perspectiva de los/as chilenos/as, considerando la creciente migración Sur-Sur”, aseguró Macarena Bonhomme.

Entre las conclusiones, el estudio pudo observar cambios significativos en diferentes dimensiones actitudinales, como una mejora en las actitudes hacia los migrantes en términos de convivencia e identidad, y menores niveles de amenaza durante 2017 y 2018 (en referencia a 2016), pero con un decaimiento destacado en convivencia y amenaza. en la última ola de encuestas (2021). Estos resultados están alineados con estudios internacionales y nacionales que han demostrado que cuando las sociedades enfrentan crisis, las personas (y en ocasiones los gobiernos) tienden a encontrar chivos expiatorios a quienes culpar,en este caso, migrantes de ALC. 

El artículo hace notar que la crisis del COVID-19 coincide principalmente con cambios en los niveles de actitud: se observa que los cambios de actitud de los chilenos hacia migrantes peruanos y venezolanos a lo largo del tiempo estuvieron principalmente relacionados con el miedo a perder sus trabajos y a la amenaza de la identidad y costumbres nacionales; y que la pandemia de COVID-19 habría empeorado estas percepciones negativas. 

Reconociendo que la migración irregular creció significativamente desde 2018, lo que coincide con los cambios significativos en las políticas migratorias de ese año, y que  cuando llegó la pandemia, el número aumentó significativamente  (principalmente de migrantes provenientes de Venezuela) se abren nuevos debates sobre los cambios de actitud de los chilenos hacia los migrantes y deben estudiarse en detalle en futuras investigaciones, ya que podría influir en percepciones más negativas hacia los migrantes (especialmente venezolanos) de los chilenos que residen en barrios cada vez más multiculturales.

“Los resultados son muy iluminadores, en tanto demuestran no solo que la pandemia ha agudizado las percepciones negativas que tenían chilenos y chilenas hacia migrantes peruanos y venezolanos, sino también que estas actitudes negativas o que develan un sentimiento anti-inmigrante provienen mayormente de aquellos/as chilenos/as que tienen menores niveles educacionales y viven en contextos en donde ha crecido significativamente la cantidad de migrantes residentes,” comentó Bonhome.

El artículo reconoce las discusiones teóricas sobre el concepto de convivialidad y la necesidad de abordarlo desde todas las perspectivas y cree que en los estudios de casos donde el multiculturalismo es aún incipiente pero aumenta constantemente en el Sur Global, una forma de comenzar a comprender estos procesos de la convivencia multiétnica utilizando encuestas nacionales es desde un marco de base nacional, ya que estas muestras están constituidas por no migrantes

En ese sentido, concluyen, la agenda de investigación, basada tanto en estudios cuantitativos como cualitativos, debe apuntar a comprender la cohesión social y las formas de convivencia multicultural a lo largo del tiempo, considerando las actitudes y percepciones de los migrantes sobre estos procesos de convivencia multiétnica. Además, dicha agenda de investigación debe informar las políticas públicas sobre las consecuencias para la cohesión social de la alta segregación.

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