Miguel Pérez es Doctor en Antropología Social de la Universidad de Berkeley, California. Es investigador asociado de la línea Geografías del Conflicto y es el flamante director de la nueva carrera de Antropología de la Universidad Diego Portales (UDP). Con años de experiencia en gestión de pregrado y posgrado, Pérez asume el desafío de ser el primer director del programa en la UDP. Su reto principal será densificar la densidad intelectual y académica de la antropología en Chile, a la vez que hace que esta carrera sea más conocida.
El académico e investigador se tituló en 2008 de la Universidad de Chile y desde entonces, no ha parado de hacer clases. En 2017 fue nombrado director de Antropología de la Universidad Alberto Hurtado, plantel en el que se desempeñó hasta ahora.
Entre 2011 y 2015, Pérez realizó un profundo trabajo de campo entre pobladores de Santiago. Vivenció cómo los pobladores formaban parte de un movimiento social emergente que exigía condiciones de vida dignas, el derecho a permanecer en sus barrios de origen y el reconocimiento como ciudadanos titulares de derechos básicos. Identificó cómo los activistas iban pasando de meros participantes en programas de subsidio y movimientos urbanos; a constituírse a sí mismos como sujetos políticos. Esta investigación dio origen al libro “The Right to Dignity: Housing Struggles, City Making, and Citizenship in Urban Chile”, publicado por Stanford University Press.
En él queda “reflejada la vida política de los pobres urbanos de Santiago, en un trabajo profundo de archivo”, comentó Virginia Manzano en el lanzamiento del texto. La antropóloga argentina destacó que el libro tiene resonancia para otros investigadores de países latinoamericanos.
La Directora de COES, María Luisa Méndez, valoró que Pérez en “The Right to Dignity” se involucra tanto con la gente, como con el territorio; generando marcos de confianza y vínculos con los pobladores que permiten al autor presenciar su evolución como sujetos políticos con poder de transformación, sus experiencias de desigualdad y a la vez, reconocer el carácter y categoría de los pobladores
En el libro asistimos a un detallado retrato de los pobladores y su historia, y la del devenir del movimiento. Vemos cómo la participación en comités de allegados los redirecciona y la idea de dignidad se vuelve un horizonte político, una categoría moral. Dando pie a lo que se volvería la fuerza impulsora del estallido social de 2019.
– En el texto reconoces a los pobladores como sujetos políticos con poder de transformación, pero los que están en el poder los ven así? ¿Qué hay de las élites?
El Estado al menos sí. Si entendemos el Estado como un instrumento de dominación de la elite, claramente entienden a los pobladores como agentes transformadores. E históricamente ha sido así, lo hablo en el libro, en algún momento el Estado empieza a reconocer a los pobladores como sujetos políticos por derecho propio; distinto a los trabajadores, a los sindicalizados, a los trabajadores del campo, etcétera.
No sé si de la clase empresarial -eso sería para un estudio posterior-, pero mi hipótesis es que también los agentes, como los gremiales de la Cámara Chilena de la Construcción saben perfectamente que los pobladores son un actor importante en la producción de vivienda y que en el fondo tienen que lidiar con ellos para llevar a cabo sus proyectos.
– El estallido fue posterior a tu trabajo de campo y una vez que ya habías generado las relaciones con los pobladores ¿cómo fue presenciar la evolución política en ellos?
No me sorprendió y lo recojo en el libro, pues varios pobladores y pobladoras con los que me vinculé ya participaban activamente en la política contingente, algunos más militantes de partidos tradicionales que otros. Algunas señoras trabajaban para campañas políticas, por ejemplo la de Carlos Montes -el actual Ministro de Vivienda y Urbanismo-, para Michelle Bachelet, para algunos concejales de La Florida y algunos más revolucionarios, más de izquierda, con alternativas propias. Algunos apoyaron la candidatura de Roxana Miranda el 2013; entonces ya muchos estaban participando de la política nacional. Por lo tanto, no me pareció extraño verlos participar en el Estallido y en el proceso constituyente después. Muchos de ellos aparecieron en las campañas políticas, por ejemplo, en la franjas de televisión llamando a votar apruebo y después para aprobar el texto que finalmente se rechazó.
– ¿De qué manera son diferentes los campamentos actuales a los de hace 30 años atrás? Están los migrantes, pero hay otros elementos.
A modo más de hipótesis, pues estoy haciendo una investigación, yo siento que hay importantes diferencias. Primero, los actores, 30% son migrantes; en Santiago casi el 60% de los que residen en campamentos son de origen extranjero, pero además las dinámicas internas son distintas porque antes el campamento, al menos en los 60´s-70´s, resultaba de la acción colectiva de sujetos organizados, en comités de vivienda, etc. En los 90´s parece ser una solución más individual al tema de vivienda, pero igual habían ciertas expectativas para transformarse en propietarios a partir de la política de subsidio. ¿Por qué? Porque los que estaban en los campamentos eran chilenos, pero ahora un elemento que ya es diferenciador es la lógica más individualizada en algunos de los campamentos en el sentido de que emergen como una reacción individual a la crisis de vivienda y otro elemento que me parece interesante es que mucho de los extranjeros en particular no conciben el campamento como una etapa transitoria en su postulación a la vivienda definitiva, algunos esperan transformarse en propietarios ahí mismo, entonces construyen de manera más sofisticada, gastan mucho más recursos materiales, algunos las hacen de concreto. Entonces, la precariedad material que caracterizaba los campamentos históricamente, ahora no se ve tan así en algunos de estos espacios.
– En el libro hablas de un nuevo poblador, uno inserto en el mundo neoliberal, pero que a la vez tiene esta demanda por una vivienda digna. Descríbelo un poco más.
En el fondo creo yo tiene que ver con lo que pasó ahora con el plebiscito de salida del 4 de septiembre: yo entiendo a los sectores populares, entre ellos los pobladores como sectores muy heterogéneos y también con discursos y prácticas bien ambivalentes, entonces, por un lado, pueden demandarle al Estado derechos sociales, esto es derechos universales entre los cuales, por supuesto está la vivienda, la demanda por una vida digna, etc.; pero al mismo tiempo reivindican una ética podríamos decir neoliberal que valora el esfuerzo individual, el sacrificio familiar, que entiende mucho de los derechos, no como prerrogativas universales si no que como resultado de prácticas individuales. Básicamente, los derechos se merecen, no se obtienen por defecto. Entonces, mi impresión es que el nuevo poblador y los sectores populares en general en el Chile neoliberal tiene una apreciación valórica propia al liberalismo. Se generan ciertas fronteras morales e ideológicas entre los mismos pobladores, paradojas y ambivalencias que quedaron muy de manifiesto frente a las discusiones constitucionales respecto a la propiedad privada de la vivienda: hay una alta valoración para la propiedad privada de la vivienda, que es entre comillas, una demanda del liberalismo clásico; versus algunos ensayos más colectivos de posesión de la vivienda. En Chile, podríamos decir que hay una cultura de la vivienda que está asociada a la demanda histórica de los pobres por obtener un bien de propiedad. Por lo tanto, creo que es muy difícil romper esa lógica y negar la importancia de la vivienda propia para los sectores populares. Esto no quiere decir que la mera demanda sea liberal o neoliberal, en Chile particularmente esa demanda ha sido bien utilizada en contextos incluso de radicalización como los 70´s. Los pobres organizados de los 70´s que reivindicaban incluso el poder popular, ellos también tenían reivindicaciones por la vivienda en propiedad. Esas contradicciones son interesantes de analizar más empíricamente.
“The Right to Dignity: Housing Struggles, City Making, and Citizenship in Urban Chile”, actualmente está disponible solo en inglés, pero pronto lo estará en español.
Miguel participará en un Seminario Internacional sobre Antropología: «Los nuevos campamentos: ciudadanía, migración y autoconstrucción en el Cono Sur» el 25 de octubre a las 9:00 hrs. en la UDP. Manuel Rodríguez 253.