Texto por Valentina Cariaga
Para la octava sesión del Coloquio de Conflictos Territoriales de COES, nos reunimos con Felipe Irarrázaval (Instituto de estudios urbanos y territoriales PUC, Centro de Estudios de Conflictos y Cohesión Social COES), quien presentó un estudio basado en su investigación postdoctoral, que aborda sobre la protesta social en los espacios mineros en Chile. Sobre este trabajo, el investigador busca generar una crítica constructiva hacia la literatura sobre extractivismos, industrias extractivas y conflictos sociales, respecto a cómo se conceptualizan las distintas formas de movilización social, más allá de lo que son los conocidos conflictos socioambientales en torno a la industria extractiva.
En principio, para introducir la investigación, se comparte la experiencia de la visita a Antofagasta en el marco de las movilizaciones del estallido social, donde se observaron acciones y situaciones distintas a lo que pasaban en otras ciudades del país. Con ello se plantea la pregunta ¿Cómo entender la movilización social en espacios mineros? Pero no una movilización social que interpela a los espacios mineros, si no a otros actores, a otras instituciones y que están emplazadas en espacios mineros que están relacionadas con la minería.
En la literatura, bajo esta premisa, aparecen dos grandes caminos, uno es de quienes hablan sobre extractivismo y neo extractivismo, abordando los conflictos socioambientales y las movilizaciones sociales contra la minería, donde aparece el territorio como un lenguaje de valoración para defender los intereses, movilizaciones y anhelos de las comunidades locales, a expensas de las industrias globales y lo estados nacionales. El segundo camino es sobre industrias extractivas y conflictos sociales, cuyo foco está en las movilizaciones de comunidades locales frente a proyectos extractivos los cuales se enmarcan y contextualizan en estrategias estatales de acumulación, donde las movilizaciones entre comunidades locales frente a proyectos extractivos, pone al territorio como una categoría de análisis central.
Con lo anterior, se presenta el problema de que el territorio se entiende de una manera aun poco específica, que tiene que ver con como las comunidades locales se enfrentan a los intereses globales. La literatura latinoamericana y anglosajona son amplias en sus definiciones, lo que lleva a ser necesario la revisión del concepto de “territorio” ya que se plantea que es algo muy específico, referido a relaciones de poner en el espacio particularmente asociada a fuerzas locales que quieren defender sus modos de vida y bienes comunes versus actores globales.
Entonces ¿Cómo entender el estallido social en la ciudad de Antofagasta? En que la minería no es un actor centralmente interpelado, pero está configurando un poco las razones de la movilización. En ese sentido, la hipótesis de la investigación es que en caso de que la minería ejerza una fuerte influencia en las dinámicas sociales en que se emplaza, es posible decir que define la base estructural de los espacios donde está ubicada. Así vale la pena preguntarse qué tipo de protestas o acciones contenciosas distinguen a los espacios mineros bajo el supuesto de que la minería está ejerciendo una gran influencia en ellos.
Para dar respuesta se revisan 4 dimensiones de protesta en comunas mineras versus otras comunas: Protesta laboral, protesta por servicios públicos, protestas regionalistas y socioambientales. De estas se encontraron resultados significativos en la protesta laboral, identificándose como influenciada por la minería, ya que se combinan demandas de condiciones de trabajo y empleo, y en la protesta por servicios básicos, es posible que la minería sea un movilizador, ya que estas propuestas se asocian a iniciativas de carácter nacional, las que tienen un eco fuerte en las comunas mineras principales. Respecto a las protestas regionalistas y socio ambientales, en general no hay diferencias significativas, ya que este tipo de movilizaciones suelen ser de acciones más institucionales.
En síntesis, el investigador señala que no se puede entender el estallido en Antofagasta sin la minería, ya que tanto el legado histórico de las movilizaciones mineras, como las subjetividades asociadas a la degradación de los entornos y las injusticias distributivas son elementos movilizadores.