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[PRENSA] Emmanuelle Barozet: «La forma en la que se ha distribuido la riqueza en una parte de la sociedad chilena no ha sido mitigada por políticas sociales o redistributivas o a través de impuestos»

Programa Palabra Pública de Radio Universidad de Chile

Junto con el plebiscito constitucional de nuestro país, llevado a cabo el pasado 25 de octubre, se abren nuevas opciones y oportunidades que podrían cambiar Chile gracias a nueva Carta Magna. En esta oportunidad, la académica de Facso de la Universidad de Chile e investigadora principal del COES, Emmanuelle Barozet, profundiza en las causas del malestar y pone énfasis en los procesos estructurales que han distanciado a las élites del resto de la ciudadanía.

Emmanuelle Barozet, investigadora principal de la línea Dimensión Política del Conflicto de COES y profesora titular del departamento de sociología de la Universidad de Chile, señala respecto de que solo en algunas comunas de los sectores acomodados de Santiago haya ganado el rechazo, que «es una realidad que vimos a través del voto, pero que desde hace aproximadamente diez años ya hay nutridos estudios sobre la élite y su reproducción. El fenómeno era conocido, lo que es nuevo es que se graficara en un plebiscito«, sostiene la académica.

Por otro lado, en cuanto al crecimiento de la brecha social, indica que hubo un quiebre entre los ciudadanos y la política: «las primeras luces del distanciamiento entre los ciudadanos y la élite política la pudimos ver en 2006, con los escolares, ya que ahí empezó el gran ciclo de acción colectiva, que tenemos hasta el día de hoy, por lo que lleva 15 años abierto. Los estudiantes se sintieron defraudados frente a las resoluciones a sus demandas, y ahí identificamos el inicio del «divorcio» entre la ciudadanía y la clase política», puntualiza Barozet.

El «segundo divorcio», según la investigadora, ocurrió en 2011, cuando los estudiantes seguían disconforme con las becas estudiantiles que el Gobierno dio como respuestas a las demandas estudiantiles.

Con el paso del tiempo, el movimiento NO + AFP, los movimientos ambientalistas, la revolución feminista y el conflicto mapuche, entre muchos otros, armaron el panorama final del el estallido social de 2019. «Sumado al divorcio entre la ciudadanía y la política, están los escándalos financieros y de las distintas autoridades a partir de 2015: Caval, Penta, Soquimich, etc. Por otra parte, estaban los escándalos de la Iglesia y el desfalco de las FF.AA más grande de la historia. Así, hay un divorcio entre la ciudadanía y varios tipos de élites o de representantes que se ha ido agudizando», puntualiza.

Por otro lado, señala que hace años la percepción respecto a la élite cambió, y muchas personas privilegiadas, que antes eran vistos simplemente como gente rica, ahora comenzaron a ser vistos como privilegiados gracias a prácticas mal habidas.

«La forma en la que se ha distribuido la riqueza en una parte de la sociedad chilena no ha sido mitigada por políticas sociales o redistributivas o a través de impuestos«, advierte la socióloga. «Los sindicatos, a diferencia de Argentina, por ejemplo, han sido desmantelados, por lo que no son una fuerza de compensación para negociar, por ejemplo, sueldos. No logran unificarse para ser una voz frente al sector empresarial», añade. Estos elementos, entre otros, explican la situación en Chile y la distribución altamente inequitativa de la riqueza.

«Trabajos como los de María Luisa Méndez y Modesto Gayo, recientemente, dan cuenta de que hay concentración residencial y de estrategias educacionales en cinco comunas de la Región Metropolitana, y tres de estas son las consolidadas, mientras que las otras dos son las de entrada, que son del cono de alta renta pero con un poco más de movilidad«, explica la investigadora. «La historia de este grupo de élite es larga aquí en Chile, y podríamos decir que la sensación general de que algo no anda bien se ha agudizado hace tres o cuatro años«, añade Barozet.

Por otra parte, respecto a los resultados del plebiscito, en el cual solo tres comunas de toda la Región Metropolitana ganó el rechazo, la socióloga , usando evidencia empírica recogida mediante entrevistas por COES, afirma que «el grupo Escucha Activa, liderado por Carolina Aguilera, da cuenta de que hay gente en contra del cambio constitucional que se empezó a movilizar desde el 18 de octubre, y que antes no tenía participación. Era un grupo mucho menos conocido que los manifestantes habituales«.

En el estudio, según la socióloga explica, hubo 16 personas que antes del plebiscito iban a votar rechazo. Estos votantes señalaban que el motivo de su elección estaba influenciada por los hechos de violencia que ocurrieron después del estallido social. También, muchos votantes del rechazo declararon estar a favor de las demandas sociales, pero no de la forma violenta que el movimiento había tomado.

En el barrio alto, también, votantes del rechazo señalaban como fundamento que «ha costado tanto tener este país lindo, y ahora lo destruyen«. Según Barozet, la violencia fue clave para ellos a la hora votar en contra del cambio constitucional.

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