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Podcast Crónica Estéreo de La Tercera

Ayer asumió en Perú el tercer presidente en cuatro años: Manuel Merino, titular del Congreso, deberá terminar en julio del próximo año el período constitucional que comenzó Pedro Pablo Kuczynski en 2016, y que después de su renuncia en 2018 continuó Martín Vizcarra, hasta su destitución el lunes pasado. Vizcarra había sorteado hace algunas semanas una moción de vacancia, pero entre entonces y el lunes más acusaciones y evidencias de corrupción en su pasado salieron a la luz. Aplicando una ambigua norma constitucional, el Congreso lo destituyó, desatando las protestas de la población, donde los parlamentarios registran escaso apoyo.

Carlos Meléndez, investigador de la línea Dimensión Política del Conflicto de COES, estuvo de invitado conversando en este capítulo de Crónica Estéreo sobre la situación en Perú, donde Vizcarra perdió el pasado lunes la oportunidad de instaurar el vizcarrismo, pero que decidió irse a casa.

«Perú vive una crisis política permanente, de la cual no se puede hablar de episodios, sino de una misma crisis, que se instala con la llegada de Pedro Pablo Kuczynski a la presidencia el año 2016, y donde se da algo inédito en la política peruana contemporánea: un gobierno dividido, en el que el poder legislativo y ejecutivo están dominados por partidos políticos distintos», señala el académico.

«Kuczynski lideraba un partido nuevo llamado Peruanos por el Cambio, la cual ni siquiera alcanzó a ser la segunda fuerza política en el congreso, sino la tercera. Era un congreso dominado por el fujimorismo, y a pesar de que ambos eran parte de la derecha, Kuczynski representaba una derecha tecnocrática, y el fujimorismo una derecha más popular, por lo que no se terminaron de poner de acuerdo. Así, comenzaron una disputa de poderes que llevó a la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski a la presidencia en marzo de 2018«, detalla Meléndez. 

«Ahí entra un nuevo presidente: Martín Vizcarra, quien hasta ese entonces no se había pronunciado respecto a la crisis que llevaba el fujimorismo con Peruanos por el Cambio. Aparentemente era un peón del fujimorismo, que aprovechó la crisis para llegar al poder, pero una vez ahí se revela gobierna solo, sin partido político y sin bancada, y comenzó a capitalizar políticamente el antifujimorismo«, añade el investigador.

«Ahora el fujimorismo es una fuerza secundaria. Después del cierre del congreso, por parte de Vizcarra, hubo elecciones para un congreso complementario para terminar el periodo de cinco años. El fujimorismo obtuvo el 8% o 9 %, convirtiéndose en la tercera fuerza política, viendo disminuida su popularidad. Vizcarra se convierte así en una especie de valuarte del antifujimorismo«, sostiene Meléndez.

Sin embargo, comienzan a salir noticias respecto a Vizcarra, las cuales indicaban que en su último día como Gobernador de Moquegua, una ciudad de Perú que gobernó antes de ser presidente, entregó en 24 horas $42 millones de soles a un consorcio que estaba construyendo un hospital regional.

«Él, que luchaba contra la corrupción, termina teniendo un pasado en el que se le puede asociar a ella«, indica el académico. «Vizcarra pudo guiar a las masas a una rebelión contra un congreso desprestigiado, pero dijo «me voy para mi casa»«, puntualiza el investigador COES.

Escucha el podcast completo de Crónica Estéreo de La Tercera aquí.

 

 

 

 

 

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