Texto por Karin Viveros.
En esta tercera sesión del Coloquio de Conflictos Territoriales de COES, realizada el pasado 9 de junio, Mathilde Allain y Antoine Maillet presentaron un análisis teórico-conceptual realizado en torno a los temas de movilización social y extractivismo. Desde una perspectiva de Política Comparada, su estudio revisa si es que las manifestaciones, que ocurren en distintas partes del mundo, se pueden estudiar con un marco conceptual común, considerando un proceso global de extractivismo.
Allain y Maillet recogen reflexiones de diferentes autores y autoras, fundamentalmente desde la Ecología Política, para el estudio del extractivismo, tales como Gudynas, Alimonda, Svampa, Harvey, entre otros/as. Se configura así, el extractivismo como un concepto complejo, militante y científico, ya que circula entre el mundo social y académico; que implica un proceso histórico de explotación de la naturaleza y de desposesión económica, social, cultural y política; y, que tiene relación estrecha con el conflicto, este último, visto como un elemento que genera unidad y revela tensiones dentro de las sociedades.
Sin embargo, en la actualidad observan una evolución del capitalismo global, que involucra la transformación de las empresas y el cambio de escala de los proyectos, que les llevó a preguntarse, cómo analizar estos cambios de escala y la evolución de las movilizaciones, y cómo comparar estos procesos entre diversos contextos sociopolíticos. La propuesta de Allain y Maillet es pensar el extractivismo como un fenómeno global, entendiendo global desde la perspectiva de Alhram, Köllner y Sil (2018), considerando procesos complejos que atraviesan y conectan diversos lugares, para lo cual revisan un análisis comparado, que incluyen casos de estudio de Colombia, Perú, Uruguay, Marruecos, Camerún, Alemania y Francia.
De este análisis, Allain y Maillet presentan 4 contribuciones al debate sobre el extractivismo global. En primer lugar, al revisar la aplicación del concepto de extractivismo en el Norte encuentran que no hay un uso social del concepto y que no aplica la dimensión de exportación del extractivismo latinoamericano, sin embargo, ambos investigadores observan que existe una interdependencia de las economías del Norte con el Sur en torno al extractivismo. En segundo lugar, consideran el análisis multi-escalar como paradigma consolidado y una solución metodológica y analítica para entender movimientos locales y procesos globales. En tercer lugar, la diversificación de los repertorios de movilización, tales como el uso de espacios empresariales, la ocupación de territorios en riesgo, el empleo de herramientas legales, entre otras, pueden evidenciar una ambientalización de la conflictividad. Y, por último, la contribución en torno al lugar de las empresas en los procesos de movilización y su análisis, pueden poner en evidencia cuáles han sido las transformaciones de las estrategias de las empresas en el tiempo.
Frente a este trabajo aún en desarrollo, surge en el debate la cuestión acerca de la aplicación del concepto de extractivismo en el Norte global, para lo cual resulta necesario comprender el extractivismo como un proceso complejo, que va más allá de la exportación intensiva de recursos naturales, ya que, por ejemplo, las empresas del Norte realizan actividades extractivas dentro de sus propios territorios no destinadas a exportación. A ello, se suma la necesidad de explorar el rol e impacto de los fenómenos extractivos de esos espacios en el desarrollo del extractivismo en el Sur global y, por otro lado, avanzar, desde la academia, en el estudio de las empresas extractivas.
Finalmente, Allain y Maillet , al enfocarse en las movilizaciones sociales en torno a la extracción, hacen una invitación a ver el extractivismo en el Norte y pensar en la globalidad de este fenómeno, considerando que la extracción es un problema global para el que las categorías Norte-Sur no consiguen abordar a cabalidad los fenómenos de explotación y acumulación.