Publicado en La Tercera
Investigación expone diferencias socioeconómicas en este mapa, que podría haber servido para definir cuarentenas, considerando que este grupo registra la mayor cantidad de muertes.
El 13 de mayo el gobierno decretó cuarentena obligatoria para los mayores 75 años, ampliando el aislamiento estipulado para los mayores de 80 años, porque más del 25% de los fallecimientos se registran en ese rango etario.
¿Dónde viven los mayores de 75 años en la Región Metropolitana? Una interrogante relevante ante la actual medida plantea Mauro Basaure, académico de la U. Andrés Bello e investigador del Centro de Conflicto y Cohesión Social, que junto con la geógrafa Pía Palacios analizaron en base al Censo 2017, dónde se ubica ese grupo etario en la Región Metropolitana.
Basaure dice que esa distribución varía según el nivel socioeconómico, y se puede analizar a través de dependencia, que reúna aspectos económicos y de cuidado. Así, en el primer quintil (menores ingresos) la tasa de dependencia de mayores de 75 años es de 7 adultos por cada cien personas (7,0); en el segundo quintil es de 6,3; en el tercero 5,8, en el cuarto 5,4 y en el quinto (el con más ingresos) de 7,8, la concentración más alta.
En el primer quintil la de dependencia es más alta que la del segundo, tercero y cuarto. Pero, en el último, es la más alta de todos, por la elevada esperanza de vida de los grupos socioeconómicos más ricos.
Ambas nociones de dependencia, la económica y la de cuidado, se estudian normalmente de forma separada. «Eso responde a una diferencia de orden disciplinar; entre demografía y sociología. Con esa innovación trato de acercar dos conceptos de dependencia, el de los geógrafos y economistas (dependencia económica) y aquél que refiere a que las personas mientras más viejas, más cuidado y ayuda necesitan», dice Basaure.
La transición demográfica no es democrática, detalla Basaure, «y no se reparte por igual dentro de un territorio como Santiago, reflejo de una sociedad segregada».
Un aspecto que se aprecia con más claridad al considerar la población de 75, 80 y 85 años y más. «Gran parte de los adultos de la cuarta edad viven en los sectores altos».
Así, al observar la distribución de los mayores de 80 años, se ve claramente que las zonas rojas, tramo más alto de concentración, se da, por ejemplo, en comunas como Las Condes y Vitacura. Por otro lado, en Puente Alto y La Pintana, la concentración es menor (color más claro).
En el cono central de Santiago vive principalmente gente joven sin familia, ni niños, ni muchos adultos mayores. «Está conformado por la comuna de Santiago, el poniente de la comuna de Providencia y el sur de Recoleta, y tienen un muy bajo índice de dependencia por la centralidad y las dinámicas del territorio», dice Basaure. Estos sectores normalmente están habitados por hogares unipersonales, biparentales sin hijos o bien con una muy alta proporción de población adulta joven.
La mayor diferencia de concentración se aprecia al observar a los mayores de 85 años, que se concentran, como muestran las zonas rojas, en comunas de Ñuñoa, Las Condes y Vitacura.
En el pericentro de la ciudad la tasa de dependencia total aumenta. Pero por procesos distintos. «Si bien el envejecimiento de la población es una dinámica que se está dando de forma generalizada en todo el país, es en los lugares más acomodados económicamente donde los adultos mayores se concentran en una mayor proporción», indica.
Un panorama que en la actual pandemia por Covid-19 obliga a mirar. Basaure dice que este factor no se ha tomado en cuenta con la importancia que tiene. Añade que la prohibición de salir se debió tomar antes si estos datos estuvieran a la vista.