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[PRENSA] Poca empatía, agotamiento y un mensaje confuso: por qué no se respetaría el aislamiento

Publicado en El Mercurio

Además, se advierte que existe escasa fiscalización.

Viajes a segundas viviendas en balnearios, automovilistas haciendo caso omiso al toque de queda y hasta fiestas masivas se han registrado los últimos días en distintos sectores del país, a pesar del reiterado llamado de las autoridades sanitarias a respetar las cuarentenas y otras medidas de aislamiento social para evitar la propagación del covid-19.

Estas conductas —no relacionadas con las de personas que deben salir a trabajar o tienen la necesidad de comprar insumos básicos— han sido catalogadas como “irresponsables” y, según expertos, se explican por un rasgo individualista que caracterizaría a las sociedades actuales.

“Denotan una falta de empatía tremenda”, plantea Carolina Stefoni, investigadora del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) y académica de la Facultad de Humanidades de la U. Mayor.

“Hay más individualización y los lazos sociales, los vínculos y la preocupación y cuidado por el otro se han ido descuidando (…). La gente no es capaz de hacer sacrificios por el otro”, agrega la socióloga.

Por otro lado, se plantea que algunos anuncios y medidas que han impulsado autoridades se contradicen con el mensaje de confinamiento. Por ejemplo, que pese al aumento de casos y la necesidad de que la gente se quede en sus casas, se comiencen a abrir centros comerciales y se pida que la gente vuelva a sus trabajos.

“Hay un mensaje que es muy confuso y que no ayuda”, analiza Stefoni, quien añade que “se habló hasta de la posibilidad de reabrir las escuelas; entonces, es confuso (…). Es importante que haya un discurso coherente de las autoridades, porque se genera muchísima confusión cuando se da información con distintos objetivos”.

Coincide con ambos puntos la socióloga María Paz Trebilcock, académica de la U. Alberto Hurtado, aunque ubica este último como el principal: “El mensaje del Gobierno ha sido súper errático. Habló de ‘nueva normalidad’ y la gente se relajó porque se mezcló con el agotamiento de estar un montón de tiempo en cuarentena”.

Añade que “estamos en una sociedad donde nos importa poco el otro. Las personas piensan que si a ellas no les pasa por qué no van a tener derecho a salir”.

Otro factor cuestionado es la fiscalización de las medidas de prevención frente al virus. Eso se planteó ayer en la reunión que sostuvieron alcaldes con el ministro de Defensa, Alberto Espina, para pedir más presencia de militares y carabineros en las calles (pág. C 1).

El alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, señala que “la pandemia nos pesca después del estallido social y la dotación policial estaba mermada”, pero asegura que los próximos días aumentará la presencia de uniformados en las calles.

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