Publicada en Qué Pasa de La Tercera
Por Angélica Bosch, Dante Contreras, Daniel Hojman y Alejandra Mizala
La Educación Superior en Chile ha experimentado grandes transformaciones en las últimas décadas, tanto en su cobertura y composición, como también en sus mecanismos de financiamiento estudiantil y a las instituciones. Por casi dos décadas, el financiamiento estuvo fuertemente marcado por el subsidio a la demanda a través de políticas de créditos estudiantiles, como el CAE, y por becas, con escasa regulación sobre la oferta.
Las consecuencias han sido un sistema masivo, heterogéneo, con serios problemas de aseguramiento de la calidad, y un nivel de endeudamiento y financiamiento privado elevado comparado con estándares internacionales. Las nuevas leyes y la reciente política de gratuidad han comenzado a revertir parcialmente esta situación. No obstante, la implementación de esta política ha enfrentado a algunas dificultades; entre otras, el financiamiento de las instituciones adscritas a gratuidad está sujeto a un mecanismo que depende fuertemente de la situación económica del país y las prioridades de los gobiernos.
Asimismo, a pesar de que el gasto en Educación Superior ha llegado al 2,5% del PIB en 2016, los aportes institucionales son una fracción menor del financiamiento y no existe una política de aportes basales a la investigación y la extensión. Esto es especialmente preocupante considerando el nuevo escenario de aportes estudiantiles por gratuidad.
Sumado a ello, Chile tiene un gasto en investigación y desarrollo estancado por debajo del 0,4% del PIB, esto es, seis a siete veces menor que el promedio de los países de la OECD. El gasto en I+D a través de instituciones de educación superior es de 0.1% del PIB contra un 0.5% en la OECD. Esto representa una situación crítica para un país que aspira a tener un modelo de desarrollo más inclusivo y sustentable en lo económico, social y ambiental, y una sociedad en que el bienestar social y el crecimiento económico estén cada vez más basados en el aprovechamiento intensivo y complejo del conocimiento.
Nos preocupa, en este contexto, la ausencia de un marco sistémico sobre el financiamiento de la educación superior y es urgente que se analicen los objetivos y el impacto de los distintos mecanismos de financiamiento sobre la naturaleza, estructura y calidad del sistema.
En este contexto, estamos organizando un ciclo de seminarios, con actores del mundo académico y político e invitados internacionales que generen una reflexión amplia, profunda y rigurosa sobre esta materia.
Este miércoles 2 de octubre en la Casa Central de la Universidad de Chile, analizaremos la urgente situación del financiamiento a la investigación, creación e innovación en las universidades, tema clave vinculado a la formación de capacidades y generación de masas críticas que facilitan la vinculación de la creación y el conocimiento con otros actores de la sociedad y con el sector productivo, de forma de hacer frente a los desafíos nacionales.
El objetivo de este ciclo de seminarios es avanzar hacia un modelo integrado de financiamiento a la educación superior que asegure el financiamiento institucional y tome en cuenta la gran heterogeneidad entre las instituciones de educación superior del país.
Nos interesa potenciar un espacio de reflexión amplio y constructivo que contribuya a construir una visión de largo plazo en un área de la más alta relevancia para el desarrollo del país