Uno de los desafíos mundiales en materia educacional es el traspasar la idea de «tolerancia» a los jóvenes, especialmente en una sociedad globalizada y con diferentes grupos sociales que se cruzan todos los días.
Con esto en mente, Daniel Miranda -investigador COES y de MIDE UC- presentó un capítulo del libro «Teaching Tolerance in a Globalized World» en el conversatorio «El desafío de educar para la diversidad», el que también contó con los comentarios de Jessica González (Directora del Centro de Liderazgo de ComunidadMujer) e Isidora Contese (Valoras UC), además de tener a Macarena Macaya (Observatorio del Juego).
Durante su presentación, Miranda comentó los orígenes y metodologías ocupadas en la investigación que dio vida al libro, señalando que hay factores muchas veces ignorados, pero que inciden de gran manera en la forma en la que los menores perciben la tolerancia y la igualdad de derechos.
Uno de estas variables es la existencia de libros dentro de las casas, lo que significaría una mayor apertura al lenguaje y la discusión dentro del hogar. Esto tendría efectos en la capacidad de socialización de los niños/as dentro de las salas de clases.
Otro de los puntos relevantes de la investigación es respecto a la diferencia que existe entre niños y niñas al momento de medir la recepción que tienen respecto de la demanda de igualdad de derechos en diferentes grupos sociales. Mientras las niñas se mostraban más abiertas a esta igualdad de forma transversal, incluyendo a minorías étnicas y extranjeros, los niños mostraban menor capacidad de empatía.
Además, Daniel Miranda señaló que dentro de los 38 países investigados –entre los que se encuentra Chile, Paraguay y Colombia como representantes de América Latina– el porcentaje de incidencia de los colegios dentro de esta percepción de la igualdad era menor al 10%, algo que también se repetía en Europa y Asia.
Posteriormente, Jessica González analizó la situación desde la perspectiva de género, comentando que muchas veces las mujeres son más empáticas al ser objeto de mayores discriminaciones durante su vida, algo que va desde la infancia hasta la vida adulta.
«La idea de Derechos Humanos en las mujeres es más tardía que la de Derechos Humanos. Esta se construye bajo la figura de un hombre, que es quien ostenta estos derechos. Y no cualquier hombre, sino uno que es propietario, que pertenece a un grupo étnico y es adulto. La titularidad está dirigida a ese grupo. Este modelo es excluyente», señaló González.
Por otra parte, Isidora Contese señaló que «el grupo de investigadores del libro aisló variables para saber cuánto pesaba la escuela (en la promoción de actitudes igualitarias) y la respuesta fue menos del 10%. Entre un 2% y 5% pesa la escuela. Esto es demoledor, es muy potente que para todo el tiempo que pasamos en la escuela, ese sea el peso en este tema. Nos cuestiona mucho».
Para Contese, la familia juega un papel fundamental en el desarrollo de esta área, recordando que el nivel socioeconómico de estas también influye en el desarrollo de los menores: «Tenemos que preguntarnos qué hace la escuela para poder ganar espacio en este camino de la educación cívica y ciudadana. No puede quedarse de brazos cruzados».
Revisa el video del conversatorio aquí:
Descarga aquí el documento de Daniel Miranda que presentó en el conversatorio: