Publicada en La Segunda
La controversia por la construcción de viviendas sociales en Las Condes ha puesto en debate el problema de la cohesión social. Hay quienes han declarado que no se trata de un conflicto de cohesión o de integración, sino de desigualdad en el acceso a servicios de calidad, como salud y educación. Desde esta perspectiva, más que preocuparnos por la vivienda, y el encuentro entre grupos sociales diferentes, deberíamos centrarnos en las deficiencias en materia de servicios.
Si bien existen problemas de servicio a nivel del Estado, el debate excede con mucho a este aspecto, pues refiere a la pregunta de cómo convivimos juntos y, en específico, cómo nos vinculamos con otros distintos. A nivel global las personas tienden a generar vínculos de confianza con personas socialmente parecidas, fenómeno conocido como homofilia. Ello permite integrar de manera sencilla a las personas a redes de apoyo y solidaridad. No obstante, en instituciones y contextos proclives a la segregación —como la educación o la ciudad—, la homofilia crea el riesgo de generar cierres intergrupales propiciando la conflictividad y la reproducción de la desigualdad socioeconómica.
En recientes investigaciones, utilizando la Encuesta Nacional COES, se midió la propensión de los chilenos a relacionarse entre personas socialmente similares. Los resultados muestran que los chilenos tienden marcadamente a vincularse con personas de su misma edad, religión, posición política y educación. Estas investigaciones presentan, además, la existencia de barreras de contacto en educación y posición política. Prevalecería una suerte de fractura social, donde las personas con educación superior tienen muy bajas probabilidades de vincularse con personas sin educación superior. A su vez, las personas independientes políticamente tienen muy bajas probabilidades de encontrarse con personas con alguna posición política marcada.
Las distancias sociales en educación y en posición política tienen implicancias para la cohesión social. Por un lado, la distancia educacional conduce a situaciones de clausura social y al sesgo en el acceso a recursos brindados por las redes interpersonales, consolidando la desigualdad económica. Por el otro, las distancias a nivel de posición política limitan la exposición a información social valiosa, es decir, las personas observan un limitado horizonte social de la realidad, lo que influye en fenómenos como la desafección política.
Los desafíos para la cohesión social en Chile en estos dos aspectos exceden la implementación de una política pública aislada. No obstante, iniciativas como la propuesta en Las Condes tiene una relevancia enorme para gatillar procesos de desarrollo social y convivencia democrática.