“The Wars Inside Chile’s Barracks”, el libro del historiador de la UNAB Leith Passmore, retrata desde sus diferentes dimensiones lo que ha sido la conformación de una memoria colectiva en torno a lo que fue la experiencia del Servicio Militar en el periodo 1973-1990. La sesión del 26 de junio se centró en una de ellas, la conformación del cuerpo como el lugar de rupturas de los imaginarios populares en torno a esta experiencia, el patriotismo y el hacerse hombre; una experiencia vivida en carne propia (“In the Flesh”, nombre del capítulo 5 del libro).
Andrés Estefane, académico del Centro de Estudios de Historia Política de la Universidad Adolfo Ibañez, abrió la discusión destacando los aspectos de mayor relevancia del libro. En primer lugar, se trata de uno de los escasos trabajos historiográficos sobre el mundo militar en el país. El estudio se pregunta por la conformación de un movimiento de escala nacional, que data de los años 2000s en adelante, de ex soldados que reclaman reparaciones al Estado por las secuelas de haber servido al Ejército en los años de la dictadura. Segundo, es un trabajo que da cuenta que la memoria colectiva de las diversas experiencias de la dictadura no puede confinarse a la sola comprensión del periodo, sino que los relatos se articulan en torno a vectores de larga duración. En este caso, los imaginarios del Servicio Militar en Chile remontan a la configuración de una identidad patriótica masculina altamente valorada, sobre todo en los sectores más pobres de la población. Entrar al Servicio fue una de las formas de salir de la pobreza y soñar con un proyecto de vida en torno al trabajo y la familia nuclear desde alrededor de fines del s.XIX en el país. En tercer lugar, Estefane argumentó que el libro desafía productivamente la cartografía de la memoria colectiva en torno a la dictadura en Chile propuesta por Steve Stern, que identifica cuatro memorias emblemáticas. Las narrativas de quienes conforman este movimiento no forman parte de en ninguna de ellas. Como el mismo Stern argumentó en Remembering Pinochet’s Chile (2006), ésta es una “memoria suelta”. En cuarto lugar destaca la propuesta de considerar el cuerpo como lugar de memoria, tema central del capítulo analizado en la sesión del Coloquio.
El quinto capítulo, In the Flesh, propone que las subjetividades que se articulan en este movimiento, como espacio colectivo de memorias, se anclan en el cuerpo, específicamente en las secuelas físicas y psicológicas de las torturas y golpizas recibidas por muchos, de los trabajos forzados, de las pésimas condiciones físicas en las fronteras, y de la alimentación con piedra alumbre que habría provocado infertilidad y enfermedades en quienes la recibieron. Este cuerpo flagelado se conforma en el articulador de los relatos que describen la experiencia del Servicio Militar como la gran ruptura, el antes y el después, de quienes soñaron con una mejor vida y terminaron en muy malas condiciones físicas y psicológicas. Como aclaró Passmore, si bien el movimiento en sí es un espacio político de demandas de reconocimiento y reparación frente al Estado, los relatos en su interior evitan la referencia a los clivajes políticos o ideológicos a la base de los acontecimientos históricos del Golpe Militar y la dictadura. Son esos silencios los que permitirían que las diferentes interpretaciones del periodo no hayan sido un obstáculo para la conformación de un movimiento de alrededor de 100.000 integrantes a lo largo del país. La cualidad de sitio de memoria del cuerpo refiere en el libro a la naturaleza inidical del mismo. Es decir, el cuerpo deviene en la materialidad visible y no objetable de las experiencias de sufrimiento y sus secuelas al día de hoy, por las que se reclaman reparaciones al Estado. Así, el movimiento ha desafiado las políticas de Justicia Transicional en Chile, intentando conformar a los ex conscriptos en una nueva categoría de víctima de la dictadura.
El debate continuó en torno a la politicidad del movimiento y los desplazamientos éticos en torno a lo que significó la violencia política en dictadura que este movimiento plantea. Quedaron planteadas las preguntas en torno al cuerpo como objeto indicial de las rupturas de los imaginarios en torno al Servicio Militar del patriotismo y las masculinidades, lugar a medio camino entre una memoria literal y una memoria ejemplar que como todo relato anclado en un lenguaje articulado en torno a las experiencias primarias de victimización, corre el peligro de no sobrevivir el paso tiempo.
Leith Passmore es Doctor en Historia por la Universidad de Western Australia (2010) y realizó su posdoctorado en la Universidad de Chile con el proyecto de investigación que dio origen a este libro. Actualmente es académico de la Universidad Andrés Bello. El libro ganó recientemente el premio "Mejor Libro del año" en la sección de estudios en Ciencias Sociales sobre el Cono Sur de La Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA). https://uwpress.wisc.edu/books/5582.htm
Nota redactada por Carolina Aguilera coordinadora del Coloquio Memorias en Conflicto versión 2018, e investigadora adjunta línea Geografías del Conflicto – COES