Publicado en Ciper
Mayoritariamente popular y con una elite cada vez más empinada, Chile no es ni ha sido nunca un país de clase media. Pese a eso, en las próximas elecciones los candidatos le hablarán a este grupo al que el 70% de los chilenos cree, erróneamente, pertenecer. ¿Qué es la clase media hoy? ¿Qué quiere? ¿Se siente frustrada y tentada por el populismo, como pasó en EE.UU.? La socióloga Emmanuelle Barozet inicia aquí una serie de columnas que busca poner luz sobre un grupo que floreció entre los años ´20 y ‘60 al alero del Estado y que hoy está compuesto de capas muy precarias, unidas por el miedo que les provoca la mayoría popular.
¿Es usted de clase media? Es muy probable que su respuesta sea sí, pues el 70% de los chilenos y chilenas cree serlo. Digo “cree” porque cuando se consideran factores como la ocupación (cualificada o semi cualificada) o el nivel de ingresos (entre $ 600.000 y $ 2.000.000 por hogar, según la Asociación de Investigadores de Mercado en 2015), el nivel de consumo o de educación (media, técnica y universitaria), sólo un 30% de la población tiene las características que definen a ese grupo. Los datos muestran que la mitad de quienes se identifican con la clase media pertenece en realidad a grupos acomodados o populares (o clases trabajadoras en otra clave). ¿Por qué ellos (tal vez usted mismo) se consideran parte de una clase que no es la suya?
Esta columna es la primera de una serie que apunta a responder un conjunto de preguntas relevantes para la actualidad social y política del país y en las cuales la clase media juega un rol central.
Históricamente se ha asociado la existencia de una clase media amplia con cierta salud económica y política y con un nivel de desarrollo más avanzado que el de países dominados por grandes sectores pobres con una elite en la punta de la pirámide, como ha sido históricamente el caso de América Latina. ¿Dónde se ubica hoy Chile? Aunque gran parte de la clase política se piensa al borde del desarrollo por el promedio de los ingresos de los hogares, una mirada a fondo de la clase media revela algunas trampas en esa expectativa. De hecho, muchos políticos, empresarios, publicistas e incluso sindicalistas se refieren a una clase media que bien puede no existir más allá de los legítimos deseos de todos de vivir una vida estable y sin mayores sobresaltos.